“Pedagogía y el arte de reflexionar sobre educación en tiempos de pandemia”

A continuación, presentamos el trabajo presentado en el marco del congreso XII Congreso Político Educativo “La educación, entre la alteridad y otredad”, el tópico seleccionado fue “La necesidad de una pausa, un tiempo de reflexión de nuestras prácticas”, por la Profesora María Rosana Borelli Directora del Jardín Infantil integral n°9 del Distrito escolar 20 ubicado en Murguiondo 2265 integrante del Polo educativo del barrio de Mataderos.

Introducción: El propósito de este trabajo es reflexionar sobre la educación en esta coyuntura “en el aquí y ahora” en el momento que nos toca vivir, al que muchos llamaron “los tiempos de la pandemia”. En la escuela de hoy, desde nuestro lugar de docentes nos es imprescindible reflexionar sobre nuestras prácticas, esto es algo que debiéramos hacer cotidianamente, pero que muchas veces no logramos hacerlo, la falta de esta práctica reflexiva no aporta a nuestras propuestas pedagógicas, que día a día llevamos a cabo para lograr aprendizajes significativos en los niños y niñas que recibimos en los establecimientos educativos. Esta problemática que nos atraviesa como personas, como docentes, “en los tiempos de la pandemia”, requiere de un esfuerzo aún mayor en la reflexión. El orden establecido, más allá de cual fuera nuestro posicionamiento ideológico nos proporcionaba la posibilidad de manejarnos entre márgenes bien definidos. La llegada del COVID-19 rompió con este orden, nuestras ocupaciones se vieron paralizadas por las medidas tomadas por el Gobierno Nacional la implementación del aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO), en el contexto de la pandemia nos obliga a hacer una pausa obligada que se presenta como un problema, pero a la vez una oportunidad. Es el tiempo para la reflexión sobre nuestras prácticas y el pensar cómo será nuestra actividad en ese nuevo tiempo al que seguramente denominen post-pandemia El nuevo contexto educativo puso el enfoque en cómo enseñar desde casa sin estar enmarcado en el lugar físico de la institución escolar. Lo sucedido generó un alto grado de incertidumbre a los docentes ya que las reglas de enseñanza cambiaron de manera abrupta y lo que hasta ayer nos era algo certero hoy ya no lo es. La institución escolar dejó de ser el centro de la escena, Aquí, es donde surge un nuevo momento, el que habíamos mencionado anteriormente, “el de la reflexión”. Por ello, debimos pensar y repensar el cómo enseñamos con estas nuevas reglas de juego, el uso de las nuevas tecnologías se convirtió en un elemento determinante e insustituible, lo que hasta ayer era tan solo el inicio del camino hacia la introducción de estas herramientas pasó a ser la implementación de las mismas como la única opción posible para la tarea de educar, es así que los pizarrones, las tizas y lugares significativos del espacio áulico fueron desplazados por herramientas digitales: internet, plataformas como blog, padlet, videoconferencias, etc. La primera reflexión a tener en cuenta en este nuevo escenario es ¿Cómo voy a enseñar? ¿Y cuáles son los contenidos bajo esta nueva modalidad? Estas simples preguntas que a priori nos indica que no tendrán una tan simple respuesta, nos lleva a pensar sobre qué es lo que tiene que ver esta realidad con las denominadas “nuevas infancias”.

Desarrolllo: Sin falsa modestia consideramos a este trabajo parte de lo que se debe hacer, es por ello, que comenzamos con nuestra reflexión.  “El secreto de educar” cuenta con tres acciones: “estar allí (presencia), permanecer (existencia) y hacer cosas con los otros”. Así lo explica el pedagogo francés Fernand Deligny. El pedagogo Carlos Skliar, menciona sobre lo postula por Deligny que la clave está en que “esos tres elementos deben estar juntos y no disociados”. En la cotidianeidad de la escuela estos tres elementos están siempre presentes. La pregunta que nos hacemos hoy es como hacer que estos elementos aparezcan en esta nueva cotidianeidad, donde la educación virtual es la “vedette” de la situación educativa de nuestros días.  Una reflexión oída asiduamente tanto por docentes, como padres y gente en general señala que los niños y niñas de hoy están más adelantados y estimulados, en relación a generaciones pasadas donde no se vislumbraba la llegada de la tecnología como un elemento tan importante en la vida de las personas. Esos rasgos, marcados a diario desde el sentido común, no denotan un cambio por si en los modos de “ser niño”, sino un conglomerado de transformaciones con historia, tanto a nivel social y político como económico y tecnológico. Transformaciones tan profundas, que habilitan a discutir qué es ser niño hoy. El concepto infancia es una construcción histórica y, por lo tanto, cambiante. Nació en la modernidad, cuando el niño dejó de ser considerado un “adulto pequeño” y comenzó a ser percibido como un ser inacabado y carente. En aquella misma época, eran la escuela y la familia los ámbitos por excelencia donde imprimir disciplina, moldear seres instruidos y formar ciudadanos. La escuela moderna y los sistemas educativos modernos se han constituido en base a una idea de igualdad que hoy ha entrado en crisis. La suposición de que una enseñanza homogénea ofrece iguales oportunidades de formación (y consecuente movilidad social) a los alumnos es falsa, porque ignora que, en tanto institución normalizadora, la escuela actúa reproduciendo las diferencias de origen. Y esta premisa en nuestros días es aún más significativa ya que la educación a distancia deja al descubierto estas diferencias (acceso a dispositivos y a internet) donde muchos de los niños y las niñas que concurren a las escuelas presentan diferentes realidades. Según Carlos Skiliar “Se genera una profunda desigualdad cuando la educación sólo se mueve a través de dos ejes: todo conocimiento es lucrativo y todo progreso es tecnológico. Si vamos en esa dirección no va a haber igualdad posible porque tanto el lucro del conocimiento como el progreso tecnológico, provienen de lo privado. De tal manera que van a producir una desigualdad inicial”[1]. Para entender aún más lo que está sucediendo realizaremos un recorrido histórico acerca de los modelos y movimientos en educación. Al primero de estos movimientos conocido como “orden fundante”, tiene su origen en las ideas iluministas y de la modernidad, que le daban al pensamiento científico una importancia inmensa. Se establece una relación docente-alumno marcada fundamentalmente por la desigualdad, La misma responde a la relación desigual de clases. La educación en este devenir realiza la reproducción de la estructura de las relaciones de poder y de las simbólicas entre las clases. El Estado tiene un papel organizador y esto se da a través de distintos aparatos y uno de ellos es la escuela. En su cotidianeidad la escuela como “institución estatal” y el maestro inserto en ella se establece una relación de clases entre el Estado (como escuela) y las dominantes. A través de la escuela se ejerce control y apropiación. El maestro en relación desigual con el niño se impone como modelo ante este, dándose una relación sacralizada de dominación, equiparable a la de padre-hijo, es ideologizante. Luego surge la etapa de Crítica socio-política: pedagogía crítica y nueva sociología de la educación, con la pregunta de, si vale la pena homogeneizar a todos los alumnos bajo el “disfraz de igualdad” donde la escuela es el Estado, y el maestro cumple funciones en ella a través de la educación donde se impone una legitimación de lo establecido. Donde está en juego la ideología que justifica la dominación y lo hace por medio de la cultura, imponiendo a las clases populares sus propias pautas y normas. Esto se presenta como afirma Pierre Bourdieu como “habitus”, es decir la reproducción de los hábitos se materializa lo injusto y desigual. A través de la acción pedagógica y mediante la inculturación de un arbitrario cultural, (cultura de clases) cuyos principios serán interiorizados. El docente pasa entonces de tomar lo establecido como natural a cientifizarse y cumplir con un rol crítico. Destacando los problemas políticos y sociales que se manifiestan en la escuela. En la actualidad la concepción Crítica cultural-subjetiva afirma que la homogeneidad  que quiere impartir la escuela ignora las diferencias  algunas diferencias que existen entre los alumnos y que son valiosas. La crítica cultural-subjetiva denuncia la falta de singularidad. Y que la educación toma como “verdad” la cultura del hombre blanco occidental inspirada en valores europeos, privilegiando un modo de vida a otros. Juzgando a todo aquel que no encaje en la norma. No respetando distintas creencias religiosas, culturales, orientaciones sexuales o experiencias de vida. En este modelo se cuestiona al maestro como único portador de saber, con la aparición de nuevos medios de comunicación y el avance de las nuevas tecnologías. Donde los niños y las niñas pueden acercarse a ellos y acceder a innumerables fuentes de información y no solo puede acceder a ellos mediante la escuela y el maestro. En este nuevo escenario se pone de manifiesto que el lugar del maestro es igualmente necesario para marcar criterios que son aquellos con los que los niños y niñas no cuentan. Ya que solo obtiene una “catarata” de información y que muchas veces no sabe qué hacer con ella.

Conclusión: Arribamos a la conclusión que tanto la escuela como el rol del docente son irremplazables. Lo que cambia es el vínculo con los niños, las niñas y las familias, que no está de más aclarar que es un nuevo modelo de interrelación entre las personas que dista bastante de la concepción tradicional. El nuevo paradigma es la educación virtual, si bien hace algunos años los y las   docentes venimos capacitándonos poco a poco en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, proceso en el cual no pocos mostraban cierta resistencia, y aseguraban con firmeza que la enseñanza a distancia estaba muy lejana. Como afirma Viviana Minzi— “La cultura de nuestra época demuestra que se pueden combinar mundos que antes parecían excluirse mutuamente: de una buena lectura a la televisión, del fast food a un espectáculo de mimo, del shopping a andar en bicicleta, de un disco de Mambrú a la indagación lúcida de la realidad”. Es necesario encontrar un equilibrio y entender el cambio que estamos transitando sin añorar las infancias que conocíamos y valorar las que tenemos hoy no dándole la espalda sino lograr comprenderlas. Y donde  “los maestros deben recuperar un papel de compromiso con un mundo distinto”, [2]. Quizás la pausa, para reflexionar nos tomó por sorpresa y no fue algo decidido, sino que irrumpió en nuestra cotidianeidad como personas y como docentes. Por ello debemos de alguna manera “sacarle provecho” a esta compleja situación que transitamos y a poder pensar que de ahora en más nuestras prácticas han cambiado, y este cambio vino para quedarse ya que de alguna manera “el futuro llego”

 

Bibliografía:

-Brailovsky Daniel  – ¿Qué hace la Pedagogía y por qué es importante para los educadores?

-Diker Gabriela  “Que hay de nuevo en las nuevas infancias”

-Narodowsky Mariano “Ejes de la política educativa”

-Bourdieu Pierre “La reproducción”

-Freire Paulo “Pedagogía del Oprimido”

-Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina (IESALC), Bs.

-Planella Jordi   Fernand Deligny: pedagogía y nomadismo en la educación de las «otras infancias»

– Skliar Carlos  Pedagogías de las diferencias

[1] Carlos  Skiliar “Pedagogia  de las diferencias”

[2] Minzi Viviana Tecnologias de la Communicacion  en la Educacion