Hacia fines de los 90 el sociologo inglés Antony Guiddens publicaba un interesante y polémico libro que generaría un intenso debate sobre su contenido en los ambitos academicos y politicos, “la Tercera Via”. Como sintesis de lo postulado, Guiddens expresaba “La Tercera Vía resume el aspecto social que abandonó el sistema capitalista, al tiempo que critica al Estado benefactor que impuso el liberalismo a partir de mediados del siglo XX. Simultáneamente reniega del Estado gendarme impuesto por los sistemas comunistas.
Las columnas vertebrales que sustentan la Tercera Vía son: la inclusión, como sinónimo de igualdad, el desarrollo de un Estado inversor, y la educación y la familia como sustento del sistema”.
El fin de la bipolaridad supuso el triunfo de una teoría (la liberal), y el mundo quedó a merced de los llamados fundamentalistas del mercado. Mientras éstos se niegan a admitir, al menos las enormes dificultades generadas por estas prácticas económicas, desde distintos sectores comenzaron a postularse alternativas, tibias al principio, para contrarrestar efectos de las políticas de mercado. Entre propuestas, sobresalió sin duda impulsada por un sociólogo que encontró apoyo en su país de origen, Inglaterra, y tuvo la posibilidad de probarse, rápidamente, en la acción de Gobierno. Se trata de la Tercera Vía. La búsqueda de una alternativa superadora de la disputa entre los dos grandes bloques siempre fue una aspiración de los Estados europeos.
En la argentina experiencias politicas del pasado basadas en lo que fue el Movimiento de no alineados, nos llevaron a intentar posicionarnos fuera del esquema bipolar, en la Ciudad de Buenos Aires lejos en distancia y en el tiempo de aquella intesante discusión, el actual Jefe de Gobierno ha retomado el concepto de “tercera via” con una singular adapatación e interpretación: Macri expresa que “cada vez más gente se compromete con esta tercera vía que es un tsunami”, en un intento por diferenciarse del gobierno nacional y de los otros sectores de la oposición, el lider del PRO sostiene que su gestión en la Ciudad “hizo que la gente haya vuelto a confiar en lo público”. Algún politologo bien podria decir que intenta plantear un gerenciamiento social o popular, corriendo el riesgo de perder seguidores en esa extraña interpretación de los planteos de Macri, que siguió explicando los hechos de su tercera via “Llegamos a la Ciudad para resolver los problemas de la gente, acabar con la historia de los patrulleros vacíos, los chalecos vencidos, las aulas sin infraestructura”, remarcando que “ahora hay una convicción en muchos distritos del país de tener una policía como la Metropolitana que pusimos en marcha hace varios años y hoy es un ejemplo, con buenos salarios y muy bien preparada”.
Además plantea un cambio que nos saque de la logica de la discusión y confrontacion constante, el líder de PRO afirmó que “si queremos que las cosas cambien, hay que apostar a un grupo distinto de personas, no a los mismos que nos han gobernado hace 30 años”. Para finalizar su particular interpretacion de la tercera via afirmó que no ve gestionando a los opositores de FAUnen como tampoco quiere la continuidad de modelo kirchnerista al que considera agotado.
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