Los medios barriales al borde de la desaparición y los subsidios son para Fontevecchia

La ayuda del Estado siempre es necesaria y más en momentos de crisis o situaciones imprevistas como la Pandemia de Covid -19, aunque a veces no se entiende como se selecciona a los beneficiarios de la misma, cual es la lógica de entrega de ayuda/ subsidios a grandes empresas y empresarios como por ejemplo a dueños de multimedios y se posterga a los medios barriales, vecinales y cooperativos. El gobierno solicita “quédate en casa”, pide “compra en los comercios de proximidad” y sigue una lógica de lo cercano, lo próximo, y es precisamente allí donde radica la importancia de los medios barriales, los de proximidad, los que a diario informan sobre cuestiones relacionadas con los barrios, con la vida cotidiana de las personas y sus instituciones a escala local. Es por ello que no se entiende como beneficia con la aprobación de pago del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) al empresario propietario de la editorial Perfil Jorge Fontevcechia quien recibió el siguiente mensaje “Se aprobó tu pago ATP cobrarás el día 15/05/2020 en tu cuenta bancaria. La diferencia de su haber debe abonarla su empleador”, quien cobró personalmente una parte de sus ingresos por parte de la ANSES. Además, los Fontevechia que precisamente no son pobres, ni mucho menos, el día 7 de mayo de 2020 también fueron asistidos por el Estado, en este caso el beneficiario que percibió la ayuda fue Agostino Fontevecchia, quien se encuentra a cargo de los Contenidos Digitales, el director de la web de Perfil, hijo del exitoso empresario. De acuerdo a lo que informa ANSES el mecanismo para obtener esta información pública es sencillo, solo se requiere buscar el CUIT de Jorge Alberto Fontevecchia y verificar si ha cobrado la Asistencia al Trabajo y la Producción, toda esta información esta publicada en la web de Anses. Recordemos que el Gobierno Nacional en el marco de la pandemia de Coronavirus mediante el Decreto 332/20 dispuso la creación de un programa que le permite a las empresas acceder al pago de los salarios de sus trabajadores, al tiempo que posterga o reduce hasta el 95% los aportes patronales para las empresas que no superaran los cien trabajadores. El mencionado Decreto modificó la estructura operativa del programa y le otorgó al Anses la responsabilidad de acreditar el salario del trabajador o la trabajadora directamente a la cuenta informada por la empresa. En esa disposición se aumentó el valor de la ayuda otorgada por el Estado Nacional hasta llegar a cubrir 33.750 pesos, la suma equivalente a dos salarios mínimo, vital y móvil. Además, la decisión del Gobierno autoriza a las grandes empresas, con una nómina de personal mayor a 800 personas, a acceder al beneficio, también le permite flexibilizar las condiciones de facturación para acceder al mismo por parte de las empresas. En un principio el programa estaba diseñado para aquellas firmas excluidas de ser actividad esencial, o bien, registrar una caída de la facturación del 30%, la nueva etapa establece apenas haber registrado pérdida de un 5% de la facturación. Ahora es de libre acceso para empresarios como el dueño de editorial Perfil una de las empresas periodísticas más grandes de la argentina de amplia trayectoria e integrante de la Asociación de Empresas Periodísticas de la Argentina (ADEPA) la cámara que nuclea a Clarín, La Nación, Infobae, entre otros. Difícilmente ahora se vean títulos como “La danza de los ATP”, “entrega indiscriminada de ATP”, “clientelismos mediante entrega de ATP”, “Aumenta el déficit fiscal producto del festival de ATP’s” y mucho menos probable es que califiquen a la familia Fontevecchia como “ATPLaneros”. Mientras tanto en los barrios los medios vecinales se mueren y luchan por una ayuda en forma de pauta publicitaria que no llega o llega a cuentagotas. El gobierno eligió en materia de ayuda a medios periodísticos a los que consideraban que el gasto publico /social era un despropósito y que el Estado era absolutamente parasitario y dejo afuera a los que pisan las veredas (si es que las hay) en los barrios populares.