Ceremonia “Anata Uru” en Parque Avellaneda

Mañana miércoles 2 de febrero se realizará la celebración en el Parque Avellaneda (Avda. Directorio y Lacarra) de “Anata Uru”, Día de las primeras cosechas. Se trata de una ceremonia a la vida, la fertilidad y la fecundidad se manifiestan en la naturaleza. El Padre Cósmos y la Madre Tierra producen los alimentos. Es el festejo a la vida.

El Anata o Carnaval andino comienza el 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria. Con la bendición de los productos agrícolas y fundamentalmente de la papa. Todas las comunidades andinas se reúnen este día para agradecer simbólicamente a la Pachamama por la primera cosecha que se realizará después del Anata.

“PACHAQAMANA PACHAMAMANA WAWANAKAPAPXTANWA”, Somos sus hijos/as del Padre Cósmos y la Madre Tierra.

El cronograma de la celebración tiene prevista las siguientes actividades

11:00 hs. Llegada.

11:30 hs. Ceremonia.

12:00 hs. Apthapi (almuerzo comunitario).

Los organizadores informan que se encontraremos en La Wak’a: espacio simbólico significativo de encuentro de los pueblos originarios de Parque Avellaneda, la celebración se realiza en el año 5529 del calendario Aymara.

La fiesta de la Anata, que en aymara significa juego, es de tradición prehispánica. El jesuita Ludovico Bertonio en su vocabulario de lengua aymara (1612), nos dice que Anataña es la fiesta y los juegos. Es un tiempo de alegría o Kusisiña. En la Anata se manifiesta la relación que se da entre el jaqi (persona), la Naturaleza, divinidad. Es un tiempo de renovación, regocijo, juego ritual entre las familias y la naturaleza.

La naturaleza, la persona y la divinidad juegan el ritual de la renovación, de la creación del mundo y de la naturaleza. Los hombres, mujeres, ancianos y niños, celebran el nacimiento del mundo en la figura simbólica de la ch’alla de la papa. Las relaciones sociales se restablecen, los ahijados visitan a los padrinos, los niños se socializan con la comunidad, se realizan alianzas matrimoniales.

La celebración de la Anata se hace generalmente en el mes de febrero, de fecha movible, pero se realiza en el tiempo de lluvias, cuando las plantas están en pleno florecimiento. Para el mundo andino es un tiempo ritual, y por lo tanto, sagrado donde se conjura a las divinidades andinas, los apus, achachilas, Uywiris y fundamentalmente a la Pachamama o Madre Tierra.

En el modo de ser andino las familias aymaras Ch’allan (agradecimiento) a la Pachamama por los primeros frutos de la siembra. Y este agradecimiento se extiende a todo el conjunto de la naturaleza, animales, casa, bienes, etc.