Estamos en el mismo lugar en peores condiciones. La población docente de Caba está muy segmentada, dividida, confundida sin una clara orientación de cómo responder a los avances del Gobierno de la Ciudad.
Estamos en el mismo lugar que en marzo de 2020, en peores condiciones, con un Gobierno que sigue avanzando en desconocer nuestro estatuto, sin respetar lo firmado respecto de los aumentos salariales, y con direcciones sindicales a las cuales les está faltando cierta decisión político-sindical(quiero que esto último se entienda como una crítica constructiva, sólo para mejorarnos).
Como colectivo docente, venimos sosteniendo la No presencialidad en función de cuidar la salud de estudiantes, docentes, auxiliares y de toda la comunidad educativa en su conjunto.
Lo hemos conseguido en el ciclo lectivo 2020, le hemos ganado la partida a las burbujas que buscaban, en principio, romper con la no presencialidad, formateando circuitos que sólo pueden producir contagio y enfermedad, y no lo consiguieron; aunque también entiendo que apostaron al marketing.
Nunca hubo en su intención una verdadera creación de burbujas que pudieran sostener-si es que esto es posible- un ciclo lectivo de algún nivel de presencialidad. Fue todo montaje, todo show, llevado a extremos circenses, con la penosa imagen de algún estudiante en el patio de alguna escuela, rodeado de micrófonos y cámaras, pero bastante alejado de la pedagogía.
Todo para un “público” al que tienen ganado desde el sentido común, que también ellos crearon. En segundo lugar, no fue, como se escuchó decir por algún medio, que las familias se acercaron a preguntarnos si enviaban a los chicos o no.
Al contrario, las familias decidieron no llevar/enviar a sus hijos a las escuelas, por un trabajo arduo y minucioso de los y las docente de las escuelas de caba. La campaña “No a la presencialidad” fue de un esfuerzo colectivo, con un entusiasmo y una organización que sólo el amor por el prójimo lo puede lograr.
Creamos grupos como herramientas organizadoras con los cuales abordar las tareas. Todo en función de llegar a las familias procurando la no presencialidad a, lo que creemos, un seguro contagio en masa. Y lo logramos, toda la comunidad educativa evitó la exposición a esta terrible pandemia en 2020.
Para nosotrxs fue un logro, los vínculos, en términos de comunicación con las familias, y el resto de la comunidad fue un objetivo colectivo cumplido.
Que lo tenemos que entender como una verdadera acumulación de voluntades.
Hoy tenemos que ser coherentes con el camino trazado, porque de proteger la salud de la comunidad educativa se trata todo este despliegue, luego se podrá recuperar lo que se ha postergado.
No se trata de reclamarle al Gobierno de la Ciudad diálogo y participación, es como pedirle peras al olmo, ya vienen demostrando como se manejan, tanto el Jefe de la Ciudad, como la Ministra de Educación.
Hago esta salvedad porque creo que las direcciones sindicales han caído en el mismo discurso que propone el gobierno, “vamos a empezar las clases pero de una forma segura”. Y, en mi opinión, no hay que ir a la presencialidad, no están dadas las condiciones. Estamos en peores condiciones que en marzo del año pasado.
Con una nueva variante del virus que es mucho más contagiosa, y que ya ha entrado al país. Lo único que detiene esta nueva ola es la no vuelta a la actividad escolar de manera presencial en la ciudad, por lo menos hasta que se haya vacunado una porción importante de la población.
El comienzo en gradualidad no nos salva del contagio, porque pone en marcha toda la actividad que es necesaria para ir a la búsqueda del virus. Desde el uso del transporte público hasta el reencuentro en las aulas.
El famoso semáforo, es en realidad, producto de la circulación humana, y no al revés. Con esta lógica, supongamos que, si hoy el semáforo estuviese en “amarillo”, para que pase a rojo lo que hay que hacer es crear circuitos de circulación de personas. Y la idea es no fomentar ese escenario.
Todavía no es tarde para que una decisión colectiva, masiva y consensuada entre docentes, familias y direcciones sindicales sostenga la no presencialidad, y así evitar abrir la caja de Pandora, que desencadene una situación irreversible.
En mi opinión, creo, que debemos continuar peleando el “no a la presencialidad”, y desde ahí, seguir organizando y dando fuerza a ese reclamo. Sólo se pierde la lucha que se abandona.
Hemos aprendido sobre la marcha cómo realizar el trabajo pedagógico de manera virtual. A ese aprendizaje hay que ponerlo en valor, y redoblar la apuesta.
Para seguir profundizando la enseñanza-aprendizaje de manera virtual con nuestros estudiantes, hoy más que nunca, hace falta que el Gobierno de Ciudad provea de computadoras y conectividad a todo estudiante de la ciudad de buenos aires. Esto también es exigir al gobierno el aumento del presupuesto educativo.
También hemos aportado la imágen del interior de nuestros hogares como fondo de aula, hemos pagado de nuestros bolsillos celulares, notebooks, conexión a internet, sillas ergonómicas con lo cual llegar a nuestros estudiantes.
Hemos financiado nuestro propio trabajo. Todo ello queda en el debe del Gobierno de la Ciudad; sin contar el desfasaje salarial respecto de los precios actuales, y ni hablar de los aumentos firmados por el Gobierno de Caba no cumplidos.
Obviamente que entendemos la hegemonía que sustenta el Gobierno de la Ciudad por sobre los reclamos y la escasa organización de oposición a los planes de este. Por ello tenemos que estar alertas, y con un plan alternativo en función de la inconsulta presencialidad, que ya está en marcha.
En este caso, nos tocará ver las condiciones de las escuelas, supervisarlas, y denunciar allí, donde no están dadas las mínimas condiciones; que toda docente y directivo sabemos que no están dadas. Es por ello que se hace necesario diseñar un plan para una posible presencialidad que tenga a la docencia como protagonista en acción e ideas.
Julio Chirino. Delegado-Ute-Ctera
Docente de la escuela técnica n°23 D.E. 13 Casal Calviño – Parque Avellaneda
